CAPITULO 2
MAYO I
1
“Buenos
días, Ray”
Admito
que era adorable, pero mientras más lo escuchaba, más extrañamente perturbadora
parecía la voz aguda. No sé si él era consciente, pero era tan doloroso tener a
alguien que venga a ti tan alegremente muy temprano en la mañana.
“Ray,
buenos días, Ray.”
Ray
se supone que es tu nombre. Pero
claro, mi queja no tenía impacto. Debido a que mi objeto de frustración no era
una persona, sino un pájaro.
Era
un pájaro mynah[1]
que mis abuelos habían mantenido como mascota.
Mi
abuela dijo que era tan pequeño, que era probablemente una hembra. Y ellos lo
llamaron “Ray.” Tenía―también “probablemente”―dos años. Ellos lo habían
comprado en un impulso en una tienda de mascotas dos años atrás en otoño.
La
jaula cuadrada en que ella (…probablemente) vivía se encontraba en un extremo
del porche delante del jardín. Aparentemente era una jaula especial para pájaros
mynah hechos de tiras gruesas de bambú.
“Buenos
días, Ray. Buenos días.”
6
de mayo, miércoles en la mañana.
Había
despertado a una hora absurdamente temprana―justo después de las 5 am.
Durante
los diez días de hospitalización, un bien regulado estilo de vida de dormir
temprano y despertarse temprano había sido inculcado en mí, pero las 5 am era
demasiado temprano para cualquiera. Había sido bien pasado la media noche de la
noche anterior cuando fui a la cama, así que para un quinceañero quien estaba
tratando de recuperar la salud, la falta de sueño era atroz, también.
Sólo una hora más, pensé, cerrando mis ojos.
Pero no creí que volvería a dormir de nuevo. Abandoné la cama después de 5
minutos, saliendo de la cama, y dirigiéndome al baño en pijamas.
“¡Vaya,
vaya, Koichi! ¡Te levantaste temprano!”
Cuando
me había lavado el rostro y cepillado los dientes, mi abuela salió de su
cuarto. Ella miró hacia mí, entonces ladeó su cabeza, pareciendo ligeramente
preocupada.
“¿Te
siente bien, no?”
“Me
siento bien. Sólo acabo de levantarme, es todo.”
“Está
bien entonces. No debes forzarte.”
“Como
dije, estoy bien.”
Le
di una sonrisa tranquila y me golpeé el pecho. Entonces―
Pasó
justo mientras regresaba a mi cuarto, mientras estaba pensando en cómo matar el
tiempo antes del desayuno. Mi celular, que estaba conectado a su cargador,
comenzó a sonar en mi escritorio.
¿Quién
era? A esta hora…
Me
pregunté por un momento. Había una sola persona quién podría marcar a este
número a una hora tan intempestiva.
“Hey,
ahí, bunas días. ¿Cómo lo estás pasando?”
La
voz alegre que escuché cuando cogí la llamada pertenecía, como esperaba, a mi
padre.
“Aquí
son las dos de la mañana. La India es seguro caliente.”
“¿Qué
pasa?”
“Nada.
Hoy comenzarás la escuela, ¿cierto? ¡Te llamo para animarte! Debes
agradecerme.”
“Oh,
sí.”
“¿Cómo
te va, físicamente? ¿Has estado reposando desde que dejaste el hospital?
Después de todo…”
Su
voz repentinamente comenzó a crepitar y casi detenerse mientras el comenzaba a preguntar.
Revisé la pantalla LCD, y las barras mostrando la señal estaban apenas en una.
Incluso esa comenzó a parpadear de forma poco confiable.
“…
¿Estas escuchándome, Koichi?”
“Espera.
No tengo buena señal aquí.”
Dejé
mi cuarto mientras respondía, deambulando por los alrededores por un lugar
donde la señal pareciera buna… y el lugar que encontré era el porche en la
primera planta donde estaba la jaula mynah de Ray.
“Físicamente,
estoy bien. Hay nada de lo que debas preocupar.”
Respondí
la pregunta que había puesto en espera mientras abría la puerta de vidrio hacia
el porche. Le había llamado y dicho acerca de mi ataque y mi tratamiento el día
que había dejado el hospital.
“Aun
así, ¿Por qué estas llamando tan temprano? Son sólo las 50:30 ahí.”
“Debes
estar muy nervioso por ir a una nueva escuela. Además estas recuperándote de tu
enfermedad, para rematar. Eso es porque te levantaste tan temprano, ¿cierto?”
Oh
mierda, él me conocía muy bien.
“Así
es cómo eres. Tratas de ser muy fuerte, pero en realidad, tienes una piel muy
delgada[2].
Te pareces a tu padre en ese sentido.”
“¿No
quieres decir que me parezco a mi madre?”
“Bueno,
eso puede ser, pero…” Cambiando en algo su tono, mi padre continuó. “Tanto como
este asunto de la neumotórax pase, no debes darle vueltas más de lo necesario.
Cuando era joven, hice eso.”
“¿Qué…?
¿Hiciste? Nunca había escuchado esa historia antes.”
“Perdí
mi oportunidad seis meses atrás. No quería ser informado que era hereditario o
algo.”
“…¿Esto
es hereditario?”
“Mi
segunda vez pasó un año después, pero después de eso, nunca tuve otra recaída. Si
ese es alguna clase de vinculo hereditario, entonces debes de estar a salvo
ahora, también.”
“Ese
sería muy bueno, de todas formas.”
“Es
una afección al pulmón. Ahora debes dejar de fumar.”
“¡No
fumo!”
“En
cualquier caso, sólo dite a ti mismo que no tendrás un tercero, y mantén el ánimo
en alto. Ah―aunque, sabes, no necesitas estresarte intentándolo.”
“Lo
sé, lo sé. Lo tomaré calmadamente.”
“Bien.
Di hola a la abuela y al abuelo por mí. ¡La India es muy caliente!”
Y
así la llamada terminó. Dejando salir un suspiro, fui a través de la puerta que
había abierto y me senté en el porche. Tan rápido como lo hice, el pájaro
minah, Ray, comenzó con su estraña voz otra vez, como si ella hubiera
permanecido esperando.
“Buenos
días, Ray. Buenos días.”
Lo
ignoré por un momento, mirando afuera distraídamente.
La
floración de los setos de la azalea roja era hermosa a través de la fina niebla
de la mañana que estaba ascendiendo. Había un modesto estanque en el jardín, y
escuché que mi abuelo solía criar koi[3]
ahí, pero ahora no podía ver ningún pescado ahí. No parecía como si estaba
siendo lo suficientemente cuidado para eso. El agua estaba turbia con un color
verde oscuro.
“Ray.
Ray, buenos días.”
El
pájaro mynah se mantuvo hablando tan persistentemente que ella (…probablemente)
me convenció y contesté, “Está bien, lo tengo. Buenos días, Ray. Seguro eres
alegre a la primera hora de la mañana, Ray.”
“Alegría.
Alegría.” Ella recorrió a través de su repertorio de palabras. “Alegría…
Anímate.”
No
creo que sea necesario decir que eso no constituía nada tan grandioso como la comunicación
humana-ave. Pero aun así, me sentí un poco mejor para sonreír.
“Bien.
Gracias,” contesté.
2
Después
de la cena de la noche anterior, había hablado con Reiko por un momento.
Ella estaba usando la cómoda casa adicional
pequeña detrás de la construcción principal como una oficina-cuarto y se
cerraba ahí después de venir a casa del trabajo, pero claro, había también días
cuando no lo hacía. La noche que había tenido mi ataque de neumotórax, ella
había estado mirando la TV en el cuarto de estar. Es sólo que había exactamente
cero veces que nosotros nos reuníamos como una familia alrededor de la mesa
para la cena.
“¿Quieres
escuchar acerca de los ‘Siete misterios de North Yomi’?”
Mi
reprogramado primer día a la escuela era al siguiente día, después que las
vacaciones terminaron, y claro, Reiko lo sabía. Ella probablemente recordó la
promesa que había hecho cuando vino a verme al hospital.
“Te
dije que North Yomi es un poco diferente, ¿cierto?”
“Sí,
lo mencionaste.”
Una
vez que mi abuela terminó de limpiar después de la comida ella hizo café para
nosotros. Reiko tomó un sorbo del suyo, que era negro.
“¿Bien?
¿Quieres escucharlo?”
Ella
fijo sus ojos en mí del otro lado de la mesa y sonrió ligeramente. Como es
usual, estaba bastante nervioso por dentro, pero acepté su desafío.
“Er…
sí. Pero, uh, pero no sería muy divertido escucharlo todo de una vez.”
Ella
dijo que North Yomi era diferente, pero era probablemente solo variaciones de
las mismas historias viejas de fantasmas. Una escalera de alguna parte en el
edificio de la escuela que consigue un peldaño extra, o pierde uno, o la
escultura de yeso en el salón de arte que llora lágrimas de sangre o lo que
sea.
“Uno
o dos, al menos.”
Si
supiera de ellos, quizá podría empezar conversaciones con mis nuevos
compañeros, pensé.
“Todo
bien, entonces te contaré uno que escuché primero, hace mucho tiempo atrás. Al
menos.”
Lo
que Reiko me contó entonces fue un “misterio” que envolvía el cobertizo para la
crianza de animales que solía estar detrás del gimnasio.
Una
mañana, todos los conejos y marmotas que ellos habían estado criando ahí
desaparecieron. La puerta del cobertizo estaba rota, y había manchas de una
enorme cantidad de sangre dentro. La escuela contactó a la policía, que
comenzaron un gran alboroto, pero ellos nunca encontraron a ningún animal que
había desaparecido y nunca descubrieron quien había cometido el acto. El cobertizo
fue derrumbado al poco tiempo, pero en el mismo lugar que el cobertizo había
estado una vez, conejos y marmotas salpicadas en sangre (¿o sus fantasmas?)
podían ser vistos algunas veces.
“Hay
una decoración extraña para esta historia,” Reiko continuó con una expresión
seria. “Cuando la policía analizó las marcas de sangre dejados en el cobertizo,
ellos descubrieron que no era la sangre de un conejo o marmota. Era humano.
Tipo AB, Rh negativo.”
Cuando
escuché eso, no pude evitar murmurar, “Wow. ¿No había nadie en el área quien
había sido mal herido? ¿O alguna persona desaparecida?”
“Ni
una sola persona.”
“Hmm.”
“Vamos,
¿no es tan misterioso?”
“Hmm.
Pero esa decoración es más como una historia detectivesca que una historia de
fantasmas. Podía haber habido una solución concreta para eso.”
“Me
pregunto.”
Después
de eso, Reiko hizo exactamente como había prometido y me contó un poco de los
“fundamentos de North Yomi.”
Primero:
Si estás en el tejado y escuchas el graznido de un cuervo, cuando vuelvas
adentro, debes entrar con el pie izquierdo.
Segundo:
Cuando te conviertas en alumno de tercer año, no debes de caerte sobre la
carretera que va cuesta abajo fuera de las puertas traseras.
Esos
dos sonaban como supersticiones que habían sido transmitidas por un largo
tiempo. Si desobedecías “El primero” y no ibas dentro con la pierna izquierda,
podrías herirte en un periodo de un mes. Si desobedecías “El segundo” y caías
en la cuesta, podrías suspender los exámenes de entrada de la high school[4].
Eso era lo que les era advertido a las personas.
El
siguiente, “El tercero” rompió el molde y fue un desagradablemente realista
“fundamento.”
“Debes
a cualquier costo obedecer lo que sea que la clase decida.”
Reiko
dijo con una expresión seria sin alteración.
“La
escuela a la que fuiste en Tokyo, K*** Middle School, tenía una muy liberal
atmosfera, a pesar de ser una escuela privada de rendimiento, ¿cierto? Ellos valoran
la voluntad individual de cada estudiante. En una escuela pública del campo
como North Yomi, es muy opuesta. Cómo algo afecta al grupo es más importante
que el individual, así que…”
Así
que esencialmente, aun si había algún asunto que encontraras en cierto modo
detestable, ¿cierras los ojos y estás de acuerdo con todos los demás? Ese no
era un semejante consejo difícil. Había veces que había intentado hacer eso en
mi otra escuela, también, para una extensión u otro…
Bajé
mis ojos ligeramente y llevé mi taza de café a mis labios. Reiko comenzó a
hablar, mirando grave. El cuarto fundamento en North Yomi…
“¡Koichi!”
Escuché
la voz alegre de mi abuela, derrumbando mis tranquilas reflexiones.
Estaba
sentado en el porche abrasando mis rodillas, aún en pijamas. El aire tranquilo
de la mañana y la puesta apacible del sol se sentía bien, y de alguna manera había
terminado arraigado al lugar.
“¡Es
hora del desayuno, Koichi!”
Sonaba
como si ella estuviera en la base de la escalera, llamando a la segunda planta.
Hora del desayuno… ¿ya? Lo consideré y miré al
reloj en la pared. Era apenas antes de la 7… Espera, ¿qué? Eso significa que
había estado sentado ahí viendo al espacio por toda la hora. ¿Qué estaba mal
conmigo?
“Es
hora de comer. Koichi.”
Esta
vez no escuché la voz de mi abuela, sino la voz agonizante de mi abuelo. Y
desde algún lugar cercano.
Sobresaltado,
miré detrás de mí.
Escuché
la voz del cuarto de ocho tatamis al otro lado de las mamparas dividiendo el
porche. No me había dado cuenta en absoluto, pero mi abuelo había venido en
algún momento. Cuando abrí la mampara cuidadosamente, él estaba sentado en
frente del altar budista colocado ahí, llevando una chaqueta marón delgada
sobre su ropa de dormir.
“Oh―buenos
días abuelo.”
“Sí,
sí, buenos días,” mi abuelo contestó en una voz cansina. “¿Irás hoy otra vez al
hospital, Koichi?”
“”Vamos,
abuelo, fui dado de alta ya. Iré a la escuela
hoy. Escuela.”
“¡Oho,
a la escuela! Sí, eso es bueno.”
Mi
abuelo era extremadamente pequeño en estatura, y cuando se sentaba sobre el
suelo encorvado en una bola, parecía como un mono arrugado adornando el altar. Él
estaba sobre los setenta años, estoy muy seguro. Él había envejecido en los
últimos dos o tres años, y había comenzado a mostrar señales de senilidad en
cada aspecto de su comportamiento.
“Estás
en la escuela media ahora, ¿cierto, Koichi?”
“Sí,
mi tercer año. El siguiente año será la High school.”
“Dios,
dios. Me pregunto si Yosuke está permaneciendo saludable.”
“Él
está en la India ahora. Él llamó hace un momento, él es el mismo de siempre.”
“La
buena salud es más importante que nada. Si sólo la pobre Ritsuko no hubiera…”
Él
repentinamente mencionó el nombre de mi madre, entonces puso sus dedos en sus
ojos y limpió sus lágrimas. ¿La memoria de su hija muerta quince años atrás
había vuelto a él tan vívidamente? Ese tipo de cosas probablemente pasaban
mucho con persona mayores, pero no tenía la más leve idea de cómo podía manejarlo
desde que sólo conocía el rostro de mi madre de fotografías.
“Ah,
ahí estas.”
Al
final mi abuela vino y me salvó de mi dilema.
“Es
hora del desayuno, Koichi. ¿Por qué no vas a cambiarte y coges tus cosas
juntos?”
“Oh,
Sí. ¿Dónde está Reiko?”
“Ya
se fue.”
“Oh,
Ella se va temprano, ¿huh?”
Me
paré y cerré la puerta de vidrio en el porche.
“Hoy
te llevaré en el auto,” dijo mi abuela.
“¿Huh?
No tienes que hacer eso…”
Yo
había mirado como ir a la escuela. Era bastante lejos que podría tomar poco
menos que una hora a pie para llegar, pero si tomo un bus, lo reduciría a 20 o
30 minutos.
“Hoy
es tu primer día, y además, aún te estas recuperando, ¿no es cierto, abuelo?”
“¿Eh?
Oh, sí, es cierto.”
“Pero…”
“No
necesitas ser cortés. Vamos, apúrate y prepárate. Aún necesitas desayunar.”
“…
Está bien.”
Sin
olvidar mi celular, que había tirado a un lado, dejé el porche. Sólo entonces,
el pájaro mynah que había permanecido quieto por un largo tiempo repentinamente
exclamó en una voz aguda, “¿Por qué, Ray? ¿Por qué?”
3
El
profesor a cargo de la Clase 3 del tercer año era el señor Kubodera. Él era un
hombre de mediana edad cuya asignatura era las artes del lenguaje. Podrías
llamarlo como alguien amable―él lo parecía―y podrías haberlo llamado como poco
confiable, puesto que sin duda lo parecía en parte.
Cuando
fui a la oficina del profesorado a decir hola, el señor Kubodera echó un
vistazo a los papeles en frente de él.
“Lo
hiciste excelente en tu anterior escuela, debo decir, Sakakibara. Conseguir
notas como éste en la K*** Middle School no es una hazaña pequeña.”
Reconozco
que era nuestro primer encuentro, ¿pero por qué hablaría a un estudiante con
tanto respeto? Además, él no me había mirado a la cara todo el tiempo. Me sentí
un poco incómodo, pero sin embargo, yo era tan educado como él lo era.
“Muchas
gracias,” contesté. “Es amable de su parte.”
“¿Estás
bien ahora, físicamente?”
“Sí,
gracias.”
“Estoy
seguro que ellos hacían las cosas de manera diferente de dónde vienes, pero
espero que te lleves bien con todo el mundo. Nosotros quizá somos una escuela
pública, pero no tenemos problemas con la violencia o conductas indisciplinadas
de clase como el público lo imagina. Así que no necesitas preocuparte en ese
punto. Si pasas por algunos problemas, por favor házmelo saber. No seas tímido.
Puedes hablarme a mí o a mi asistente―”
Los
ojos del señor Kubodera se voltearon a la joven mujer de su lado, quien había
estado mirando nuestra conversación.
“―Señorita
Mikami, claro.”
“Lo
haré,” dije asintiendo, sintiéndome enormemente nervioso. Por mi transferencia
de escuela, mi padre me había comprado un nuevo uniforme escolar de marca
(esperanza de vida: un año), pero no se había estrenado aún, así que
naturalmente, se sentía apretado.
“Estaré
esperando su clase.”
Mi
voz estaba nervioso, pero me incliné a la señorita Mikami―su asignatura era las
artes. La señorita Mikami sonrió gentilmente. “Tendremos un buen año.”
“Um,
sí, señora.”
La
conversación se detuvo y cayó en un silenció frágil.
Los
dos profesores cambiaron miradas, intentando leer el rostro de cada uno,
entonces los dos abrieron sus bocas para decir algo―o eso parecía. Pero justo
entonces, la campana de aviso para las clases sonó. Ellos cerraron sus bocas,
como si la oportunidad hubiera pasado―o eso parecía.
“Bueno,
entonces, ¿podemos?” El señor Kubodera tomó su hoja de asistencia y se paró. “La
clase matutina de tutoría empieza a las 8:30. Vamos a presentarte a todos.”
4
Cuando
ellos me habían guiado a la puerta del aula de la Clase 3 del tercer año, los
dos profesores se lanzaron miradas y abrieron sus bocas una vez más para decir
algo―o eso parecía, pero esta vez fue la verdadera campana que sonó. Dando una
única, deliberado todo, el señor Kubodera abrió la puerta del aula.
El
murmullo de todos los estudiantes hablando era como estática en la radio.
Pasos, pasos, el sonido de las sillas arrastrándose y siendo sentadas, el
sonido de las bolsos abriéndose, el sonido de las bolsas siendo cerradas…
El
señor Kubodera entró delante de mí, y entonces haciéndome entrar con una
mirada, y di un paso dentro del aula. La señorita Mikami entró al último y se
paró al lado de mí.
“Buenos
días, todos.”
Sr.
Kubodera desplegó la lista de asistencia sobre el atril y entonces lentamente
posó su mirada sobre el salón para tomar la asistencia.
“Veo
que Akazawa y Takabayashi están fuera hoy.”
Aparentemente
ellos no hacían el acostumbrado “párense, saluden, siéntense”. ¿Era otra
diferencia entre la escuela pública y privada? ¿O una cosa de la zona?
“¿Todos
ya se han recuperado de la Golden Week? Hoy, empezaremos a presentar un
estudiante transferido.”
El
ruido gradualmente se apaciguó, y la clase cayó en silencio. El Sr. Kubodera me
hizo un gesto desde el atril. “Vamos,” ordenó la señorita Mikami en voz baja.
Podía
sentir los ojos de la clase concentrándose en mí; era casi doloroso. Tomé un
rápido vistazo del salón y vi que había cerca de 30 estudiantes… pero no había
tiempo para seguir pensando más mientras me dirigía al podio. Argh, esta tención está haciendo que mi
pecho se tense. Es también difícil respirar. Había estado preparado para
algo como esto, pero esta situación era cruel para un chico delicado quien
había sufrido una afección al pulmón sólo la semana pasada.
“Um…
hola.”
Entonces
dije mi nombre a mis nuevos compañeros, quienes estaban llevando cuellos derechos
negros[5]
o chaquetas azul marino. El Sr. Kubodera lo escribió para ellos en la pizarra.
Koichi
Sakakibara.
Me
calmé a la fuerza. Temblaba patéticamente (y lo digo por mí), buscando las
reacciones en el salón. Pero no podía detectar ningunas preocupantes reacciones.
“Vine
a Yomiyama de Tokyo el último mes. Mi padre trabaja, así que estaré viviendo
aquí por un tiempo con mi abuelos…”
Mentalmente,
estaba frotando mi pecho para relajarlo mientras continuaba mi presentación.
“Iba
a comenzar las clases aquí el día veinte del último mes, pero conseguí, en
cierto modo, enfermarme y fui hospitalizado… pero finalmente fui capaz de venir
hoy. Um, gusto en conocerlos.”
Quizá
hable de mis hobbies, o algo en lo era bueno, o mi actor favorito o algo así.
No, eso era definitivamente el punto donde debía agradecerlos por las flores
mientras estaba en el hospital. Pero mientras estaba cociendo las opciones―
“Todo
bien entonces. Clase―”
El
Sr. Kubodera continuó donde me había quedado.
“Comenzando
de hoy, quiero que sean agradables con Sakakibara y trátenlo como un nuevo
miembro de la Clase 3. Estoy seguro que hay bastantes cosas que él aún no sabe,
así que quiero que le ayuden a aprender. Todos contribuiremos ayudando a los
demás para hacer de este último año el mejor. Todos nosotros haremos nuestra
parte. Entonces el siguiente año, en marzo, cada persona en esta clase se
graduará en buena condición…”
De
esa manera fue el discurso del Sr. Kubodera, que sonó como si nosotros
tuviéramos que recitar un “Amén” en la conclusión. Mientras escuchaba, un
persistente escozor comenzó en mi espalda, pero cada persona en la clase estaba
escuchando muy atentamente a lo que él estaba diciendo.
Justo
entonces, vi un rostro que había reconocido al principio dela primera fila de
asientos. Era uno de los representantes de la clase quien había venido a
visitarme, Tomohiko Kazami.
Cuando
nuestros ojos se encontraron, había algo incómodo en la sonrisa que Kazami me
dio. La memoria de la humedad que
había sentido cuando nos tomamos de la mano en el cuarto del hospital vino a
mí, e inconscientemente oculté mi mano en mi bolsillo.
¿Dónde
estaba ella, Yukari Sakuragi? Justo cuando la pregunta vino a mí, el Sr. Kubodera
dijo, “Bien, Sakakibara, ahí está tu asiento,” y apuntó a un escritorio.
Estaba
en la parte izquierda del atril del maestro―el tercer escritorio de atrás, en
la fila más lejana al borde cercano al pasillo estaba vacío.
“Sí,
señor,” contesté con una rápida reverencia, entonces me dirigí a mi asiento
designado. Dejé caer mi bolso cerca de mi escritorio. Mientras estaba
sentándome, contemplé el salón otra vez desde un nuevo punto de vista.
Fue
entonces que pude aislarla. La estudiante en el escritorio, en la parte de
atrás de la fila a la derecha del atril―cerca a la ventana mirando el patio de
la escuela.
Mirando
desde el frente de la clase, la luz del sol desde la ventana había creado una
extraña iluminación de fondo en ese lugar. Ese era otra razón. Así que por eso no la vi, pensé. Aunque
me había movido a mi nuevo escritorio, no había cambios significantes en la iluminación
de fondo, pero aun así, podía ver que ahí estaba un escritorio y alguien
sentándose en él.
Traicionando
la imagen que las palabras implican, la “luz brillante” parecía de alguna
manera amenazándome; no estoy seguro porqué o cómo. Tragó la mitad de los
cuerpos de los estudiantes, así que sólo podía imaginarme como lucía la persona
sentándose ahí como una sombra con un mal definido contorno. Oscuridad, acechando
en medio de la luz… ese pensamiento cruzó mi mente, también.
Hechizado
por un simultáneo mal presagio y esperanza, que fue acompañado por un flash de
ligero dolor, parpadeé muchas veces.
Cada
vez, el contorno de la sombra se volvía más enfocada y profunda. La cantidad de
luz solar estaba desvaneciéndose ligeramente al final, y eso ayudó, también,
hasta que finalmente la figura se hizo completamente visible.
Era
ella.
La
chica con el parche del ojo a quien había visto en el elevador del hospital. La
chica quien había caminado en el pasillo débilmente iluminado del segundo nivel
del sótano, sus pasos sin hacer ningún sonido…
“…
Mei.”
Susurré
tal que nadie podía oírme.
“Mei
Misaki.”
5
Después
de un periodo corto de tutoría que duró solo diez minutos, el Sr. Kubodera se
mantuvo en su lugar en el atril y su asistente, la señorita Mikami, dejó el
salón. El Sr. Kubodera se quedó con nosotros debido a que el primer periodo de
clases era la asignatura que él enseñaba.
Artes
del lenguaje con el Sr. Kubodera era una clase aburrida, como había imaginado
que sería. Él aún utilizaba la manera cortés de hablar, y enseñaba en una manera
que era fácil de procesar, pero no había mucha fuerza en ello, imagino, o él
apenas modulaba su voz… lo que sea, era aburrido.
Pero
claro, no podía ser honesto y mostrar mi aburrimiento. Eso podría hacer una
impresión terrible, obviamente. En el profesor y probablemente en los
estudiantes, también.
Luchando
contra la somnolencia que me tenía en sus garras, fijé mis ojos en mí,
completamente nuevo, libro de texto.
Una
historia corta por un genio de la literatura del siglo 19, en un resumen en
cierta forma mediocre. Mientras mis ojos corrían sobre el texto, la mitad de mi
mente estaba sobre la novela de Stephen King que había comenzado a leer, ponderando
como irían las cosas, aunque eso era imposible de predecir. Hombre, ¿qué le
pasará a Paul Sheldon, el popular autor quien había sido impresionado por su
loco fan número uno?
Así era la clase del Sr. Kubodera. Pero el
salón de clases estaba extrañamente tranquilo, que era diferente a la imagen
vaga que había dibujado en mi mente de una “escuela pública.” Quizá había sido
un injustificado enfoque preconcebido, pero―¿cómo lo pondría? Imaginaba que el
ambiente sería ruidoso.
Pero
no era como si todo el mundo estuviera serio o concentrándose tampoco. Nadie
estaba susurrando durante la clase, pero mirando alrededor vi personas divididas
y algunas personas estaban cabeceando y cabeceando y quizá cayéndose. Había
incluso personas quienes estaban leyendo revistas furtivamente o concentrándose
en garabatear. No creía que el Sr. Kobodera fuera la clase de profesor que
regañaría por cada pequeña cosa… y ya.
Me
pregunto qué fue eso.
El
aire del salón mantenía un silencio profundo más de lo necesario, de algún
modo… No, no era silencio. ¿Formalidad, quizá? Formalidad, y una extraña
tensión… sí, se sentía algo así.
¿Por
qué pasaba esto?
¿Podría ser? Me pregunté.
¿Podría
ser la presencia de un elemento desconocido mesclado hoy (en otras palabras, un
estudiante transferido de Tokyo) ser la causa? Y esa tensión ligera llenando el
salón… Nah, ese tipo de pensamiento es sólo hecho por tímidos hiperactivos.
…¿Qué
es de esa chica?
Mei
Misaki.
Ese
pensamiento cruzó mi mente repentinamente, y miré a su escritorio.
La
vi ahí, con la mejilla presionada en su mano mientras miraba distraídamente
fuera de la ventana. Tomé un rápido vistazo, así que no podía decir nada más
que eso. Con la cantidad de la luz de fondo del sol, mi visión momentánea de
ella era, al final, de una sombra que apenas parecía real.
6
La
impresión era más o menos lo mismo que mi anterior clase de mi segundo periodo,
también. Había ligeras diferencias con la materia y el profesor, pero ―¿Cómo lo
describiría?― la cosa fluyendo debajo de todo era lo mismo.
Un
extraño silencio extraño permanecía en la clase entera, de formalidad, de
tensión… Sí, era algo así.
No podía
decir algo concreto, no podía señalar a alguien actuando de cierta manera. Pero
definitivamente lo sentía así.
Como si
alguien (¿o todo el mundo?) estuviera
preocupado por algo, por ejemplo. ¿Quizá sin aun darse cuenta? Esa persona
(¿esas personas?) podía estar pensando acerca de algo y ni siquiera estar
consciente de eso… Pero no. Era innegable que simplemente este imaginándome
cosas, todas esas cosas. Supongo, que me acostumbraría si dejara de prestar
atención a esas cosas.
Durante
un descanso entre clases, un par de estudiantes intercambiaron un poco de
palabras conmigo. Cada vez ellos me llamaban como ―“¡Sakakibara!”― así como en
privado me encogí y me preparé a mí mismo, manejé la situación ya sea
plácidamente, amigablemente, o inofensivamente, en un nivel básico. Así pensé.
“¿Estás
curado de lo que te llevó al hospital?”
Sí. Completamente curado.
“¿Cuál
es mejor, Tokyo o este lugar?”
No sé. No hay diferencia, en realidad.
“Tokyo
es muy bonito, de todas formas. Una ciudad muerta como Yomiyama, ¿ya sabes?”
Tokyo es Tokyo. Hay mucho que no es
grandioso. Donde sea que vayas, es nada sino personas, y los distritos siempre
están llenos. Nunca se aplaca…
“Imagino
que te sientes así cuando vives ahí.”
Casi creo que aquí es mejor debido a que es
muy tranquilo. Y no hay mucha naturaleza.
Cuando
le dije que Yomiyama era mejor que Tokyo, la mitad de mi se sentía de esa
manera y la otra mitad estaba tratando de convencerme a mí mismo.
“¿Así
que tu padre es un profesor de una universidad? ¿Y está en algún país
extranjero por investigación?”
¿Cómo sabes eso?
“El Sr.
Kubodera nos lo contó, así que todo el mundo lo sabe.”
Oh. ¿Les contó también de la escuela a la
que asistía también?
“Sabemos
todo acerca de eso. La idea de enviarte flores cuando estabas en hospital fue
hecha por la señorita Mikami.”
¿En serio?
“Hombre,
deseo que la señorita Mikami sea la encargada de esta clase. Ella es guapísima,
y se viste estupendamente, y además… vamos, ¿no piensas eso también?”
Uh-h-m, realmente no le sé.
“Vamos,
no eres…”
Ya sabes, mi padre estará en la India por un
año. Comenzando esta primavera.
“¿India?
Apuesto que es incluso caluroso ahí.”
Sí, es realmente caliente, él dijo.
En medio
de tales conversaciones, algo me preocupaba y buscaba a Mei Misaki. Mientras me
volteaba, tan pronto como la clase terminaba, ella desaparecía de su asiento. Pero
nunca la encontré en ninguna parte además de la clase, también. ¿Salía siempre
de la clase durante el descanso o algo?
“¿Te sientes
nervioso acerca de algo? Sigues con esa mirada furtiva.”
No… no es nada.
“¿Fueron
de ayuda esas notas que te traje al hospital?”
Oh, Sí. Fueron de mucha ayuda.
“¿Quieres
un tour rápido alrededor de la escuela durante la hora del almuerzo? Tendrás
muchas toneladas de problemas si no sabes dónde están las cosas.”
El
estudiante quien hizo esa oferta fue un chico llamado Teshigawara. Había una
regla que los estudiantes lleven sus nombres en un etiqueta durante la escuela,
así que podía decir los nombres de la personas con una mirada sin necesidad de
presentaciones. Parece que él era un gran amigo de Tomohiko Kazami, y Teshigawara
había venido con él para hablarme.
“Sí,
definitivamente. Gracias,” contesté, entonces miré casualmente hacia atrás,
hacía el escritorio de Mei Misaki. La siguiente clase estaba por comenzar, pero
ella aún no estaba ahí. Aunque…
Fue en
este punto que me di cuenta de un hecho extraño.
Su
escritorio, el último asiento trasero en la fila cercana a las ventanas mirando
al patio de la escuela, estaba el único asiento distinto a los otros en el
salón. Era increíblemente viejo.
7
Ahogué
mi hambre en un ataque rápido a la hora del almuerzo.
Había
muchos grupos de chicos y grupos de chicas quienes pusieron sus escritorios
juntos para el almuerzo. Pero no podía, absolutamente, convencerme de llevar mi
escritorio entre ellos, así que engullí mi comida, que mi abuela me había dado,
con la rapidez de una competición de comer.
Cuando
paré de pensar en ello, me di cuenta que era la primera vez que comía un
almuerzo hecho en casa en la escuela. Había comido almuerzos de escuela en mi
antigua escuela, y aun cuando había un evento como un viaje al campo o un día
de campo, siempre concluía que conseguiría mi almuerzo en una tienda. También
fue lo mismo en la escuela elemental. Nunca jamás mi padre había tenido la ingeniosa
idea que podría ser bonito cocinar algo para su hijo sin madre de vez en
cuando.
Y así
fue que el almuerzo hecho en casa de mi abuela verdaderamente me había llegado al corazón.
Gracias,
abuela. Sabía increíble. Como siempre, estaba mentalmente inclinando mi cabeza
sobre la caja vacía del almuerzo, infundiendo al gesto con una gratitud
inmensa.
Espera
un minuto. Miré alrededor del salón.
¿Dónde
estaba Mei Misaki?
¿Cómo
estaba consumiendo su almuerzo?
“¡Sakakibara!”
Sin
advertencia una voz me llamó desde atrás.
Al mismo
tiempo, alguien me dio golpecitos ligeramente en el hombro y me tensé más
defensivamente que en todo el día. Sin una razón concreta, me convencí a mí
mismo, ¿así que finalmente pasa? y me
volteé preparado para eso, pero…
Teshigawara
estaba parado ahí. Kazami estaba junto a él. No había alguna perceptible
malicia en sus rostros. Al final, aunque tenía que darme cuenta, no podía
evitar exasperarme por mi sensibilidad.
“Como prometimos,”
dijo Teshigawara. “El tour a la escuela.”
“Oh,
cierto.”
Mis
verdaderos sentimientos en el asunto, de alguna manera malpensados, eran que
ellos no necesitaban tomarse la molestia de darme un tour. Podía simplemente
preguntar dónde estaba algo si necesitaba ir ahí. Pero, bien, no podía insultar
la amabilidad de mis nuevos compañeros. Este era el momento para mantener una
tapa en eso[6]
y no actuar como un mártir…
Dejamos
el salón perteneciente al tercer grado, de la Clase 3.
8
Kazami y
Teshigawara eran, incluso en un vistazo, una combinación extraña.
En
contraste al rostro serio del representante de clases Kazami, Teshigawara era
un tipo despreocupado, aunque el ultimo nombre que el llevaba sonaba muy
magnifico e histórico. Su cabello era de un color marrón claro y los dos o tres
botones superiores estaban desabotonados. Pero a pesar de su apariencia
exterior, sorprendentemente, él no tenía una postura de delincuente.
Cuando
pregunté, ellos me dijeron que habían estado en la misma clase desde el tercer
año de la escuela elemental. Sus familias también vivían realmente cerca el uno
al otro.
“Cuando
éramos niños, pasábamos el tiempo juntos y nos metíamos en todo tipo de
problemas. Pero entonces este gamberro
tenía
que convertirse en un chico modelo y nunca más jugar con algo...”
Teshigawara
estaba sonriendo durante todo este menosprecio, pero Kazami no ofrecía ninguna
protesta en particular. Teshigawara incluso dijo que estarían mejor estando
lejos uno del otro, pero en serio, ¿no va ese tipo de sentimiento usualmente en
la dirección opuesta? Así la conversación continuó hasta que me encontré
disfrutándolo, demasiado.
Nunca
fui muy bueno lidiando con personas como Teshigawara, quien viene a ti como si
fueran amigos de toda la vida. Aunque no es como si sintiera una afinidad hacia
los tipos “chicos modelos” como Kazami, tampoco. Pero bueno, he decidido no
revelar esas preferencias si puedo evitarlo.
Cuando
mi padre vuelva a Japón, la siguiente primavera, podría ir directo a Tokyo.
Hasta entonces, quiero mantener buenas relaciones con todos en esta escuela si
puedo. Esa era mi prioridad primordial para mi vida en Yomiyama.
“Hey,
Sakakibara, ¿crees en fantasmas o maldiciones, o lo que sea? ¿Estás en esas
cosas?”
Repentinamente,
el vino con tal cuestión. Incliné mi cabeza y respondí, “¿Uh...?”
“Vamos, algo
así como, ya sabes...”
“Quieres
decir... ¿Fantasmas? ¿Maldiciones?”
“¿Qué
hay de esos llamados sucesos paranormales, generalmente?” interrumpió Kazami. “Tampoco
quiero decir fenómenos espectrales. También, podrían ser OVNIs o humanos con superpoderes
o las predicciones de Nostradamus. ¿Piensas que hay reales y misteriosos
fenómenos ahí afuera que no pueden ser explicados por la ciencia moderna?”
“Mira,
cuando vienes con una cuestión así, yo...”
Miré a
Kazami, y su expresión estaba incómodamente serio.
“Supongo,
en un nivel básico, intento no tomar esas cosas seriamente.”
“¿Ninguno
de ellos? ¿Nunca?”
“Bueno,
déjame pensar. Cosas como 'los siete Misterios de la escuela,' al menos, puedo
decir que nunca.”
No tenía
ni idea de cómo la conversación hizo este giro, pero tenía un fuerte
presentimiento que ellos estaban preparándose en contarme esas historias. Pensé
que podía traerlos a colación y derrotarlos.
“Ya he
escuchado la historia acerca de la masiva muerta de los conejos y marmotas.”
“¿Has
escuchado acerca de “la mano en el estanque de loto'?”
Fue
Teshigawara quien me preguntó eso.
“Ha,
ustedes también tienen una historia similar, huh?”
“Es ese
estanque de ahí, hombre.”
Teshigawara
extendió una mano y apuntó. A una corta distancia podía ver un pequeño y
cuadrado estanque circundado por concreto.
Salimos
del edificio acanalados de metal de tres pisos que albergaba nuestro salón y
bajamos hacia un camino en el patio.
Había
otro edificio de tamaño similar al otro lado del patio, el cual era el Edificio
B.
El
edificio del cual salimos era el Edificio C. Cada una de las estructuras estaba
conectada al edificio A, el edificio principal, con la oficina de profesores y
la oficina del director, por un pasillo cubierto. Por delante, la siguiente
puerta, estaba un edificio llamado el Edificio de Clases especiales. Este
edificio, también abreviado como Edificio S, era, como su nombre implicaba,
donde las aulas especiales como el home ec romm[7]
y el salón de música estaban.
Y el
estanque donde Teshigawara estaba apuntando estaba a una ligera distancia del
patio. Nosotros fuimos tan lejos como a la entrada del Edificio A, entonces
caminamos al camino desde ahí.
“Ellos
dicen que una mano humana salió de ese estanque, todo envuelto en hojas de
loto. Algunas veces cubierto en sangre.”
Teshigawara
contó la historia en una voz amenazadora, pero todo lo que podía pensar era, que
idiota. Además, él dijo que era un estanque de loto, pero cuando llegamos y
pude ver, parecían como si en realidad fueran lirios creciendo ahí, no lotos.
“Bueno,
dejemos 'Los Siete Misterios' para otro momento,” ofreció Kazami. “Me pregunto,
Sakakibara. Hay muchos tipos de fenómenos paranormales. ¿Los niegas
categóricamente?”
“Bueno,
eso es verdad,” murmuré, echando una mirada de reojo a la superficie del
estanque, cubierto en redondeadas hojas de lirios. “La palabra Ovni significa
'Objetos Voladores No Identificados,' así en ese sentido ellos existen. Sean o
no platillos voladores conducidos por extraterrestres es un asunto diferente.
En cuanto a hombres con superpoderes, esas personas que se muestran en TV o en
revistas son falsos, ciento por ciento. Cuando vez cosas de ese tipo, ¿no
piensas que en realidad lo hacen muy difícil de creer?”
Kazami y
Teshigawara se miraron el uno al otro, ambos con expresiones preocupadas.
“Las
predicciones de Nostradamus acerca de lo que 'el príncipe de la oscuridad'
pueda o no pueda hacer es una historia para el año siguiente. Si sólo esperamos
un año o un par de meses más, podremos comprobar si él es real o no, aun cuando
no lo queramos... ¿Entonces? ¿Chicos, piensan que él está en lo correcto?”
Cuando
hice la pregunta, Kazami levantó su cabeza ambiguamente. “¿Quién sabe?”
Por otro
lado, Teshigawara contestó, “yo me lo trago, en serio,” y torciendo una esquina
de su boca en una sonrisa socarrona forzada.
“Así que desde que el mundo va a terminar en el verano de 1999, podría
ser estúpido encontrarme nervioso sobre las prueba o lo que sea. Haciendo lo
que disfruto mientras puedo, esa es la manera como va.”
Tenía
dudas de decir exactamente cuán serio él estaba, pero lo que con todo el jaleo
acerca del Grupo Aum Shinrikyo[8],
nuestra generación tiene un sorpresivo largo número de 'verdaderos creyentes'
en ese evento. He visto información acerca de eso en alguna parte.
Ellos no
lo consideran profundamente; ellos simplemente están usando una predicción de
la destrucción como una razón para evitar asuntos personales que tienen frente
a la cara aquí y ahora. No recuerdo cuando fue, pero mi padre había señalado
instantáneamente esta interpretación después de escuchar acerca del ataque, y
estaba muy de acuerdo con él.
“Volviendo
al asunto...”
Cuando
habíamos pasado el estanque de lirios y estábamos dirigiéndonos hacia detrás
del Edificio B, Teshigawara dijo.
“Entonces
no crees en fantasmas o maldiciones o cosas así, ¿cierto?”
“Si,
supongo que no.”
“¿Sientes
como que algo podría pasar que podría hacerte creer?”
“Mira,
si algo así aparece ahora frente a mí, y tiene prueba que es un fantasma y lo
lanza a mi cara, supongo que podría comenzar a creerlo.”
“Heh.
Pruebas, ¿no?”
“Pruebas,
¿es eso?”
Ese último
fue Kazami. Él empujó el borde de sus anteojos de montura de plata hacia su
nariz con el ceño fruncido.
Dios,
¿ahora qué?
¿Qué es
lo que estos dos están intentando conseguir? Estaba comenzando a sentir, de
alguna forma, un mal presentimiento acerca de ellos después de todo y mi ritmo
aceleró.
“¿Qué es
eso?” me volteé para mirarles, apuntando a un edificio que había aparecido justo
entonces al otro lado del Edificio B. “¿Es otro edificio escolar?”
“Ese el
Edificio Zero. Así es como todos lo llaman,” contestó Kazami.
“¿Edificio
Zero?”
“Debido
a que es muy viejo. Hasta hace aproximadamente 10 años atrás, la tercera clase
estaba ahí. Hay muchas razones por las cuales ellos dejaron de usarlo, pero...
el número de estudiantes decrecieron, así el número de clases decrecieron
también. Aparentemente el Edificio A y los otros fueron nombrados después, así
que eso es el por qué las personas llaman al edificio viejo como el Edificio
Zero.”
Ese
'viejo edificio' en verdad lucia más viejo que los otros edificios que hoy
había visto en el campus.
Tenía
una estructura de dos pisos de enormes ladrillos rojos. Pero los ladrillos en
sus paredes estaban increíblemente descoloridos, después de una mirada cercana,
vi que se habían formado rajaduras en algunos lugares. Todas las ventanas de los
originales salones que marchaban alrededor del segundo piso estaban bien
cerradas. En algunos lugares, se habían colocado tablas, probablemente para
reemplazar los cristales rotos.
De
acuerdo al giro de la conversación hasta ahora, este lugar me sorprendió como
un lugar perfecto para generar forraje para los rumores susurrantes de lo
supernatural, acerca de fantasmas o espíritus o ' Los Siete Misterios.'
“¿Así
que no está siendo usada para nada ahora?” pregunté. Tomando un cuidadoso paso
hacia adelante.
“No como
salones regulares, como sea,” contestó Kazami mientras caminada al lado de mí. “El
segundo piso está abandonado, así que nadie está permitido subir allí. La
biblioteca secundaria y el salón de arte están en el primer piso, y el club de
cultura.”
“¿Tienen
una biblioteca secundaria?”
“Difícilmente
alguien lo usa. Usualmente todos van a la biblioteca principal en el Edificio
A. He estado ahí solo una vez.”
“¿Qué
clase de libros tienen ahí?”
“Documentos
acerca de la historia local y libros antiguos que los alumnos han donado.
Aparentemente tienen una remarcable gran número de cosas así. Es más como un
almacén para libros que una biblioteca.”
“Eh.”
No me
importaría ir a mirar al menos una vez. Mi interés despertó.
“Esta
escuela tiene un club de arte, ¿cierto?” pregunté, repentinamente pensando en
algo.
Después
de un lento retraso, Kazami contestó, “Sí. Ahora lo tenemos.”
“¿'Ahora
lo tienen'? ¿Qué significa eso?”
“Las
actividades extracurriculares fueron suspendidos el año pasado. Ellos
comenzaron otra vez en abril.”
Teshigawara
fue quien contestó.
“Sólo
PTI[9],
la solitaria señorita Mikami es la patrocinadora. Si tuviera algún talento en
esa área, podría jurar que me gustaría mucho estar en el club, también. ¿Vas a
unirte o algo, Sakakibara?”
Me
detuve y volteé a mirar a la cabeza pomposa desteñida[10],
entonces me encogí de hombros algo exageradamente. Teshigawara parecía no
tomárselo en mal, sus ojos resplandecían con una sonrisa.
“Hey,
Sakakibara...”
Había
comenzado a caminar otra vez cuando Teshigawara habló, como si intentara
detenerme.
“Hay en
verdad algo que nosotros—”
Pero
justo entonces, dejé salir un sorpresivo “¡Oh!” lo cual sirvió para interrumpir
cualquier cosa que Teshigawara había estado a punto de decir. El sonido había escapado de mí después de una
inadvertida presión en mi garganta.
Magnificas
camas de flores habían estado tendidos en el campo entre el Edificio Zero y el
Edificio B, donde nos dirigíamos. Algunos pocos de ellos resplandecían con
rosas amarillas en floración. Y justo entonces, más allá del campo de flores
balanceándose con la placida brisa de la primavera, la vi—Mei Misaki.
Sin
pensarlo un segundo, comencé a caminar hacia ella.
“¡H-hey!
¡Sakakibara!”
“¿Qué estás
haciendo, Sakakibara?”
Escuché
el tono de consternación en las voces de Teshigawara y Kazami, pero los ignoré.
Me apresuré, e incluso rompí a trotar ligeramente.
Mei
Misaki—ella estaba sola, sentándose sobre una banca en la sombra de un árbol en
el lado alejado de una cama de flores. No había nadie más a la vista.
“H-hey,”
la llamé.
Estaba
mirando al espacio, como sumergida en contemplación, pero reaccionó a mi voz.
Sus ojos—aunque el parche blanco cubría su ojo izquierdo—voltearon hacia mí y
se detuvieron.
“Hey.”
Intenté
actuar indiferente y levanté una mano casualmente.
“El
nombre es Misaki, ¿cierto?”
Caminé
hacía la banca donde estaba sentada. Mi corazón estaba latiendo con más rapidez
que cuando hablé frente a la clase entera esta mañana. También sentía como si
mi respiración se hacía más forzada.
“Estamos
en la misma clase, ¿eh? Tercer año, Clase 3. Yo, uh, me transferí aquí hoy...”
“...
¿Por qué?”
Sus
labios sólo se movieron ligeramente. El mismo tono de voz que había escuchado
en el elevador del hospital, la misma impasibilidad, y distante manera de
hablar.
“¿Por
qué?” repitió. “¿Estás seguro de esto?”
“¿Qué?”
No
entendía sus preguntas. “¿Por qué?” “¿Estás seguro de esto?” No tenía la más
mínima idea de lo que estaba preguntándome en ninguna manera y sólo podía
pararme ahí, desencajado.
“Um.-m-m,
lo que quiero decir era que...”
Pensé
por alguna manera de mantener la conversación activa, pero ella volteó sus ojos
de mí y se paró de la banca en silencio. Ahí fue cuando conseguí ver claramente
el nombre en la etiqueta colgada en su chaqueta.
Era un
carnet de un morado claro, indicando que ella estaba en tercer año. Mientras
podía haber estado imaginándome cuán muy sucia y dañada parecía el papel, su
nombre estaba escrita ahí muy claramente: “Misaki,” mirando los acantilados...
Mei “Misaki.”
Mi boca
se movió torpemente, como del pescado. Intenté decirle, “te vi en el hospital
el otro día,” pero las palabras no salían juntas. Estaba aún intentándolo
cuando ella dijo simplemente, “debes ser cuidadoso.”
Entonces
se dio la vuelta tranquilamente.
“Es-espera,”
la llamé apresuradamente para intentar detenerla, pero ella mantuvo su espalda
hacia mí.
“Debes...
ser cuidadoso. Eso debe haber iniciado ya.”
Entonces
Mei Misaki se alejó, me quedé casi de piedra en shock, y dejó la sombra del
árbol donde se encontraba la banca.
La miré
marcharse.
Ella se
alejó hacia la entrada del Edificio Zero, entonces desapareció dentro del viejo
edificio. Como si se derritiera en la penumbra prolongada...
La
campana anunciando el final del receso comenzó a repicar, liberando el momento
paralizado. Miré alrededor, sintiéndome como si hubiera sido arrastrado de
vuelta a mis sentidos.
“¡Hey!
¿Qué estás haciendo, Sakakibara?”
El grito
de Teshigawara llegó hasta mí.
“Tenemos
que asistir al gym. El cuarto de vestuario está al lado del gimnasio. Será
mejor que nos apuremos si queremos llegar a tiempo.”
Cuando
me volví, los labios de Teshigawara estaban tan apretados que podría haber
estado silbando. Al lado de él, Kazami estaba agitando su cabeza incesantemente
sobre algo, con el rostro pálido y encorvado.
9
La clase
de Gym[11]
estaba dividido en chicos y chicas.
Estaba
sentándome en una banca en la sombra de un árbol al lado norte del campo, aún
en mi uniforme. Aún no me estaba permitido hacer ejercicios vigorosos, de
acuerdo a las instrucciones del doctor. Así que, como dije a Teshigawara, no
había ninguna necesidad en particular para mí de apurarme.
Era el
único chico saltándose la clase.
Todo el
mundo llevaba ropas blancas de ejercicios a juego y corrían alrededor de los
400 metros de camino. A pesar del confort de los rayos del sol de la tarde,
sólo algo de diez figuras se movían cerca del ancho campo. Una ligera fría
sensación pasó atreves de mí, por alguna razón, mientras miraba la escena.
Cuando
corría me gustaba hacerlo en largas y cortas distancias. También me gustaba
usar máquinas de ejercicios y nadar. Lo que no me gustaba era el futbol, o el
basquetbol... básicamente, soy terrible en deportes de equipo.
Deseaba poder correr, pensé. Intenté tomar unas pocas respiraciones
profundas, y no sentí nada extraño en mi pecho. Lo cual sólo me hizo querer
unirme aún más.
Y aún
había una parte de mí que se encogía de terror. Se sentía como si, si fuera a
correr y saltar por ahí con imprudencia, podría, inmediatamente, abrirme un
hueco, otra vez, en alguna parte de mis pulmones.
“No vas
a tener un tercero.” Eso es lo que mi padre me dijo, pero eso no era, de cerca,
lo suficientemente convincente para mí como para tomarlo seriamente. Si era
estúpido y me exigía demasiado lejos, podría tener que ir a través de esos
horribles sentimientos otra vez, y había terminado con eso. Lo que tenía que
hacer ahora era tomarlo tranquilamente por un tiempo. Era mí única elección.
Las
chicas estaban haciendo salto largo en un solar al lado oeste del campo.
Pensé
que podría verla entre ellas—Mei Misaki. Entrecerré los ojos para mirar, pero
ellas estaban muy lejos y no podía realmente distinguir a nadie.
Considerando
que ella tenía un parche sobre su ojo izquierdo, quizá ella estaba saltándose
la clase. En tal caso, podría estar en una de las bancas cercanas...
Divisé a
una persona quien podría haber sido ella.
Parándose
toda sola a una corta distancia del solar en la sombra de un árbol, llevando un
uniforme—¿era ella?
Debido a
la distancia, no podía asegurar que era Mei o no.
Y no
podía exactamente mirar a las chicas a lo largo de toda la clase. Un suspiro
escapó de mí mientras entrelazaba mis dedos detrás de mi cabeza y me reclinaba
en ellos. Apreté mis ojos cerrados y, todo a la vez, escuché la aguda voz de
Ray el pájaro mynah preguntando “¿Por
qué?” zumbando en mis oídos.
Supongo
que fue aproximadamente cinco o seis minutos después.
“Um,
¿Sakakibara?”
Alguien
me estaba hablando.
Sorprendido,
abrí los ojos. Justo a tres pies, vi a una chica en una chaqueta azul marino.
Aunque
no era Mei Misaki.
Ella no
llevaba un parque de ojo, sino lentes de montura plateada. Su cabello estaba
cortado en un estilo bob corto, pero crecido hacia sus hombros. Era Yukari
Sakuragi, la representante de clases.
“¿Estás saltándote
la clase de gym por ahora?”
Tomando
cuidado que ella no pudiera notar la ligera decepción que sentía por dentro,
contesté, “Sí. Sólo ha pasado una semana desde que salí del hospital y todo. El
doctor me dijo que me abstuviera de ejercicios y mirara como me siento. ¿Estás saltándotelo
también? ¿Te sientes enferma hoy?”
“Me caí
ayer y me torcí mi pierna.”
Yukari
Sakuragi dejó caer sus ojos a su pierna. Ahí fue cuando me di cuenta del
vendaje, que parecía doloroso, alrededor de su pierna derecha desde lo alto de
su rodilla hasta su canilla.
“Um...
no resultará que caíste en la colina fuera de la puerta trasera, ¿cierto?”
Pregunté
mitad en broma. Cuando dije eso, Sakuragi sonrió, como si dejara ir alguna
clase de tensión.
“Por
suerte pasó en otra parte. Ya sabías del mal de ojo, ¿Eh?”
“De
alguna forma, sí.”
“Entonces—”
ella comenzó, pero ignore lo que iba a decir y aproveché la oportunidad para
interrumpirla.
“Quería
agradecerte por haber venido al hospital el otro día.”
“Oh... estábamos
felices de hacerlo.”
“¿No
quieres sentarte?”
Me puse
de pie, ofreciéndole la banca a la chica lastimada. Entonces cambié el tema.
“¿Puedes
decirme por qué no hay dos grupos de clases en este periodo de gym?”
He
estado preguntándome acerca de eso por un momento.
“¿Pensé
que era normal para una clase dividirse en chicos y chicas así para unirse con
el salón siguiente? ¿Especialmente en una escuela pública? Además, hay dos
profesores para los chicos y las chicas, así que con solo una clase, hay la
mitad de estudiantes que podrían...”
Al menos
con estas pocas personas, podríamos ser capaz de tener un partido de fútbol en
la clase. No significaba que me preocupara un poco acerca de esa oportunidad
perdida.
“Las
otras cales son diferentes,” contestó Sakuragi. “La Clase 1 y la Clase 2 tienen
gym juntos, y la Clase 4 y la Clase 5 tienen gym juntos. La Clase 3 es la única
sola.”
“¿Por
qué la Clase 3?”
Podía
entender porque había un número impar de clases en el tercer año, pero entonces
¿por qué era la Clase 3 la única sola? ¿No sería la Clase 5 ser usualmente la
única impar fuera?
“Estuviste
con Kazami y Teshigawara durante el receso, ¿cierto?”
Esta
vez, fue ella la única en cambiar el tema.
“Sí, lo
estuve. ¿Qué pasa con eso?”
Aun
sentándose en la banca, ella levantó la cabeza y me miró. “Bueno, ¿no te... contaron
nada?”
“¿Kazami
y Teshigawara?”
“Sí.”
“Ellos
me dieron un rápido tour por la escuela. Básicamente, hey, ese es el Edificio
A, detrás es el Edificio S donde las clases especiales están—cosas así. También
me contaron la historia de terror acerca del estanque de lotos.”
“¿Eso es
todo?”
“Fuimos
al Edificio Zero al menos, así que me contaron un poco acerca de para qué es el
edificio viejo.”
“¿Y eso
es todo?”
“Más o
menos, creo, sí.”
“...Oh.”
Yukari Sakuragi inclinó su cabeza con un suave susurro, entonces bajó aún más
su voz. “...Tengo que hacer esto ahora, o Akazawa va a enojarse conmigo...”
Sólo
entendía fragmentos de lo que estaba murmurando para sí misma. ¿Akazawa? ¿No
era 'Akazawa' uno de los estudiantes que no vino a la escuela hoy?
Sakuragi
lentamente se incorporó de la banca, con una expresión pensativa. Podía ver
claramente como sus movimientos acomodaron la lesión a su pierna derecha.
“Entonces,
Sakuragi—”
Decidí
sólo preguntarle.
“Verás,
¿dónde está Misaki?”
“...¿Qué?”
Ella
inclinó su cabeza.
“La
chica de nuestra clase, Mei Misaki. Tú sabes, con el parche sobre el ojo
izquierdo. ¿También está saltándose la clase de gym?”
Sakuragi
se mantuvo levantando su cabeza y repitiendo “¿Qué? ¿Qué?” ella parecía
completamente desconcertada, por alguna razón. ¿Por qué? ¿Qué hacía que ella
reaccionara tan extrañamente?
“Me la
encontré fuera del Edificio Zero durante el receso.”
Justo
entonces, desde la lejanía, escuchamos un profundo, reverberante rrrmmmble[12].
¿Era un avión despegando? No, no sonaba como ello. ¿Podría ser un trueno?
Levanté
el rostro para mirar al cielo.
De lo
que podía ver aquí en la sombra del árbol, era lo mismo, un claro día de mayo
que había estado antes. Entonces pensé, pero cuándo escaneé los alrededores, vi
que las ominosas nubes estaban reuniéndose ligeramente al norte. ¿Así que
realmente lo que escuchamos fue un trueno desde ahí?
Mientras
me ocurría tal pensamiento, el mismo rmrmbmrmmmble sonido vino otra vez desde
la distancia.
Así que
es eso. Un distante trueno de primavera.
Podrir
significar un poco de lluvia después de la puesta del sol.
Me
aventure a hacer esta predicción para mí mismo, proyectando mis ojos hacia el
cielo del norte.
“¿Huh?”
Divisé algo en un lugar que no había esperado,
y una pregunta se me resbaló.
“¿Qué está
haciendo alguien ahí?”
El
Edificio C, el edificio escolar de tres pisos parado en el lado norte del
campus. Ahí, en el tejado —
Alguien
estaba parándose justo detrás de la barandilla que circundaba el tejado. ¿Quién —?
Era
ella. Mei Misaki.
La comprensión
llegó repentinamente. Aun cuando no había manera de poder ver claramente su
rostro, o incluso su ropa.
Y al
siguiente momento había dejado a Yukari Sakuragi detrás, aun llevando su
expresión perpleja, y comencé a correr hacia el Edificio C.
10
Mientras
estaba corriendo, subiendo las escaleras, la brevedad de respiración finalmente
me alcanzó. La imagen de rayos x de mi colapsado pulmón parpadeó en mi mente,
pero estaba más concentrado en la figura que había visto desde el campo.
Encontré
la puerta del tejado fácilmente.
Era una
puerta de metal de color crema. Un letrero de cartón estaba pegado en la
puerta, el cual decía NO ACCEDER INNECESARIAMENTE en tinta roja.
Decidí
ignorar en menos que un segundo tal inexplicablemente ambigua prohibición. La
puerta no estaba asegurada. La empujé y ésta se abrió hacia fuera.
Mi
instinto había estado en lo correcto. La identidad de la figura era, en efecto,
Mei Misaki.
En el
tejado del edificio escolar de acanalado en metal, un mugriento desierto de
concreto. Sola en el centro de todo—
Estaba
parada contra la barandilla que miraba hacia el campus. Ella estaba mirando en
esa dirección, así que ella debía haberme visto hace un momento. Pero sin una
palabra, me dio la espalda.
Tomando
bajo control mi respiración irregular, caminé hacia ella para pararme al lado
de ella.
“Hey…
Misaki…” la llamé débilmente. “Uh… entonces estás saltándote la clase de gym
también, ¿Huh?”
…Sin
respuesta.
Cerré la
distancia un paso, entonces dos. “¿Está esto bien? Mira, ¿tienes permiso para
subir aquí?”
Su
espalda aún estaba volteada cuando una voz respondió, “¿Y qué? ¿Mirar más de
cerca difícilmente tiene más significado.”
“¿Los
profesores no van a gritarte?”
“…. Lo
dudo.”
Su
respuesta era un susurró mientras finalmente se dio la vuelta, mirándome. Vi,
entonces, que estaba sosteniendo un cuaderno de dibujo de un octavo fuertemente
contra su pecho.
“Tú
estás aquí también.”
Ella me
devolvió la pregunta.
“¿Y qué?”
dije, copiando su respuesta anterior. “Es verdad que no hay punto en sólo mirar
la clase de gym. ¿Dibujas?”
Sin
responder, ella escondió el cuaderno de dibujo detrás de ella.
“Mencioné
esto en el receso cuando me acerqué a ti pero, um… me transferí hoy, a la Clase
3…”
“Eres
Sakakibara.”
“Uh, sí.
Y tú eres Misaki, ¿Cierto? ¿Mei Misaki?” miré hacia la etiqueta con el nombre
embrochado en su pecho. “¿Cómo escribes Mei?”
“De la
misma manera como escribes ‘aullido.’”
“¿Aullido?”
“O
‘sonido.’ Como en ‘resonancia.’ O ‘grito.’”
Aullido, ¿huh? Aullando en el
acantilado…
“Um, ¿lo
recuerdas? Nos conocimos recientemente en el hospital municipal.”
Fui
finalmente capaz de preguntarle la cuestión, pero mi corazón estaba totalmente
incapaz de encontrar incluso un latido normal, estaba a mitad de camino de
acelerar. Thmp… thump… podía escuchar
los fuertes latidos en mis oídos.
“Era
lunes de la semana pasada. Resultó que entramos en el mismo elevador en la sala
de pacientes hospitalizados, entonces saliste al segundo nivel del sótano. Me
dijiste tu nombre cuando te lo pregunté. ¿No recuerdas?”
“La
semana pasada, lunes…” Mei Misaki murmuró, su ojo derecho, no escondido por el
parche, lentamente cerrándose. “Eso… debe haber pasado.”
“Eso es
lo que pensé. Ha estado en mi mente… desde ese entonces. Entonces cuando
estuviste hoy en la clase, estuve sorprendido.”
“Oh.”
Fue una
respuesta cortante, pero sus pequeños y delgados labios parecían como si
sostuvieran el fantasma de una sonrisa.
“¿Por
qué estaban yendo al segundo nivel del sótano ese día?” la presioné. “Dijiste
que estabas dejando algo o algo por el estilo, ¿cierto? ¿Para quién? Estuviste
cargando una muñeca blanca, así lo parecía. ¿Eso era lo que estabas dejando?”
“Odio la
forma en que me estás interrogando.”
Ella
habló en la misma voz cortante y alejó su mirada.
“Oh, lo
siento,” me disculpé rápidamente. “No estaba intentando forzarte a responderme
o algo. Es sólo que…”
“Algo
triste pasó ese día.”
La mitad de mi cuerpo está esperando ahí, la
pobre.
¿No
había dicho algo así en el elevador ese día?
La mitad de mi cuerpo… la pobre.
Eso ha
estado pesando en mi mente, pero obviamente no podría ser capaz de preguntarle
nada más. Y ella no estaba compartiendo nada más.
El distante
trueno retumbó otra vez. El viento soplando sobre el tejado se sentía un toque
más frio que antes.
“Tú…”
Escuché
la voz de Mei Misaki.
“Tu
nombre es Koichi Sakakibara. ¿Es cierto?”
“Uh,
sí.”
“Eso te
debe molestar.”
“Es—…
¿qué?”
Espera
un segundo. ¿Ella se refería a eso?
¿Ahora?
“¿P-porque
dices eso?”
Me
apresuré a recuperar la compostura. Mei me paralizó con una silenciosa mirada.
“Quiero
decir, ¿no fue aproximadamente en esta época del año pasado? Todo el país
estaba en pánico. No ha sido incluso un año desde que eso sucedió.”
No
respondí.
“Sakakibara.
Es una suerte que no te llames Seito.”
Cuando
ella dijo eso, otro susurro de una sonrisa cruzó sus labios.
Fui
realmente famoso por eso.
Ha sido
tanto tiempo desde que alguien aludió eso—y no había pasado incluso hoy en la
escuela. Y ahora, de todas las cosas, escucharlo de ella—de los labios de Mei
Misaki.
“¿Qué
pasa?” Mei ladeó su cabeza curiosamente. “¿No quieres que lo mencione?”
Intenté
contestar “¿A quién le importa?” y parecer como si no me importara, pero
realmente no lo conseguí. Antes que incluso pudiera comenzar a pensar sobre lo
que hacer ahora—“me trae malas memorias.”
Comencé
a confesar, con el rostro serio.
“En mi
antigua escuela, el año pasado—cuando el ataque en Kobe sucedió, y todo el
mundo comenzó a hablar de Sakakibara Seito, otro escolar de 14 años de la
escuela media fue involucrado ahí también…”
“¿Ellos
te intimidaron[13]?”
“Nadie
nunca hizo nada lo suficientemente serio como para llamarlo bulling, pero…”
No… no
había sido algo tan malo. No hubo nada intencional o con malicia escondida en
lo absoluto. Todo el mundo pensó que era divertido…
Ellos
escribían mi nombre con los mismos caracteres que él usaba, o me llamaban
Seito. Las bromas infantiles alrededor de ello eran lo suficientemente inocentes.
Pero…
Lo dejé
rodar con una risa fácil en el calor del momento, pero algunas veces lo odié
más de lo que podía soportar, más de lo incluso imaginé. En otras palabras, los
bloques de edificios de la calles. Y entonces…
El año
pasado en el otoño, cuando había estado cargando el peso de estas calles cada
día. Ahí fue cuando tuve mi primer pneumothorax espontáneo. Quizás una de las
razones por la que pasó vuelve a todas estas cosas acerca de Sakakibara.
Recordando todo lo que pasó, ya no parecía tal teoría rebuscada.
Y la
razón por la que hice las maletas y fuí tomado por mis abuelos en Yomiyama
mientras mi padre estaba fuera de Japón por un año es debido a que descubrió
acerca de lo que estaba pasando y tuvo un raro momento de responsabilidad
parental por mí. Probablemente decidió que podría ser lo mejor si podría
cambiar mi entorno diario y presionó el botón de borrado en mis interacciones
con las personas de la escuela, donde las cosas se volvían más y más tensas.
Incluso
después de que le conté el panorama general de lo que había pasado, Mei Misaki
no dio marcha atrás y no simpatizó conmigo, o actuó avergonzada acerca de lo
que había hecho.
Ella preguntó,
“¿Alguien todavía no ha hecho eso contigo aquí?”
“Té eres
la primero,” contesté con una sonrisa amarga. Curiosamente, me había relajado
ligeramente.
Toda
esta mañana, cada vez que alguien había hablado mi nombre, me había tensado,
esperando esto. Y todo por una cosa tan pequeña. Ugh. Cuando lo puse todo en
palabras para contarle acerca de eso, parecía estúpido por alguna razón.
“Ellos
probamente están sólo siendo corteses,” dijo Mei.
“… Quizá.”
“Me
parece difícil creer que ellos podrían estar preocupados por tus sentimientos.”
“¿Qué
quieres decir?”
“Porque
Sakakibara es un nombre inexplicablemente asociado a la muerte. Y no sólo
cualquier muerte, sino: una muerte cruel y sin sentido que se desarrolla en la
escuela.”
“Asociado
con la muerte…”
“Sí.”
Mei
asintió en silencio y mantuvo su cabello suelto mientras el viento lo agitaba.
“Eso
preocupa a todos. Así… quizá no están al tanto de eso. Como una herida que
están protegiendo.”
“…¿Qué
quieres decir?”
¿De qué
está hablando?
Entendía
que la palabra ‘Muerte’ y los conceptos que ello implicaba eran ominosos y
había siempre disgustado a las personas. Eso era obvio. Pero…
“Tú
sabes, en esta escuela…” el tono de Mei era tan fría y distante como siempre.
“Aquí, la Clase 3 de tercer año es la más cercana a la muerte de todas las
clases. Más que cualquier otra clase de cualquier escuela. Mucho más.”
“¿Cerca
de la muerte? ¿Qué es lo que…?”
No podía
procesar lo que ella quería decir de
ello en lo absoluto, y presioné una mano sobre mi frente. El ojo derecho de
Mei, clavado en mí, se estrecharon hasta que sólo fue una ranura.
“¿No
sabes nada, cierto, Sakakibara?”
Entonces
se dio la vuelta para mirar el campo. Recostó su pecho contra la verja marón y
se dobló hacia atrás, entonces dobló su cabeza hacia atrás. Parado al lado de
ella, también miré al cielo. La cubierta de nubes había incrementado
sustancialmente desde hace rato.
Podía
escuchar el trueno distante otra vez. Asustado por el sonido, los cuervos
estaban graznando, y vi varios pares de alas negras como el carbón atacando sus
caminos hacía el cielo desde los árboles en el campus escolar.
“¿No lo
sabes, cierto, Sakakibara?”
Aun
mirando el cielo, Mei Misaki repitió ensimismada.
“Nadie
aún te lo contó.”
“…¿Contarme
qué?”
“Lo
sabrás pronto.”
No había
nada que podía decir a eso.
“También,
más te vale no acercarte a mí.”
Cuando
ella dijo eso, menos entendía todavía.
“También
deberías parar de hablarme así.”
“¿Por
qué? ¿Por qué no puedo?”
“Dije
que lo descubrirás pronto.”
“Vamos…”
Eso
realmente no ayudó. De hecho, no ayudó para nada.
Mientras
estaba buscando algo para decir, no seguro de cómo responder a eso, Mei Misaki
volteó su cuerpo en silencio. Abrazando su cuaderno de dibujo en su pecho, pasó
al lado de mí y se dirigió a por la puerta.
“Nos
vemos, Sa-ka-ki-ba-ra.”
Mi
cuerpo se congelo instantáneamente, como si ella me hubiera lanzado un
repugnante hechizo. Pero lo desasí rápidamente y fui detrás de ella. Mientras
lo hacía otro cuervo graznó desde el campus escolar.
Uno de
los ‘fundamentos’ que Reiko me había contado la noche anterior vino a mi mente
todo por su propia cuenta.
Si
escuchas el graznido de un cuervo cuando dejas el tejado, vuelves adentro con…
¿Era el
pie derecho? ¿O el pie izquierdo?
¿Cuál de
los dos era? Estaba bastante seguro que
era la pierna izquierda…mientras pensaba en todo esto, Mei abrió la puerta
enérgicamente y desapareció en él.
Ella se
había ido con el pie derecho.
11
La
lluvia finalmente comenzó a caer después del final del sexto periodo. Era una
lluvia fuerte, como una repentina ducha nocturna fuera de toda razón.
Mientras
estaba juntando mis cosas para ir a casa, preocupándome de no tener un
paraguas, mi celular comenzó vibrar en mi mochila. Lo había configurado en modo
silencioso. Era una llamada de mi abuela.
“Estoy saliendo
ahora mismo para recogerte. Quiero que esperes por mí frente a la puerta.”
Era un
mensaje bienvenido, pero mi respuesta fue instantáneamente “está bien, Abuela.
Probablemente sólo lloverá hasta que llegues aquí.”
“Esa no
es la manera de hablar de un chico en recuperación. ¿Y qué pasa si te empapas y
coges un resfriado?”
“Pero…”
“Nada de
peros, Koichi. ¿Todo bien? Espera hasta que llegue ahí.”
Entonces
colgó, entonces miré alrededor sorprendido y suspiré.
“¡Hey,
Sakakibara! Tienes un celular, ¿huh?”
Justo
entonces, alguien me habló. Era Teshigawara. Buscó dentro de su bolsillo de su
uniforme y entonces sacó un celular blanco con una correa ostentosa atado a él.
“Seremos
fono-amigos[14].
¿Cuáles tu número?”
Era aún
un pequeño número selecto de estudiantes quienes tenían su propio celular. Aun
en escuelas de Tokyo, ellos eran tan comunes como los teléfonos PHS. Quizá uno
de tres estudiantes a lo mucho.
Mientras
intercambiábamos números, miré hacia el banco de la ventana. Ahí, hasta la
parte de atrás, Mei Misaki ya se había ido.
Esperé
hasta que Teshigawara devolvió su celular a su bolsillo, entonces dije, “¿te
importaría si te pregunto algo?”
“¿Hm?”
“Acerca
de esa chica Misaki quien se sienta en ese escritorio.”
“¿Hm-m-m?”
“Ella es
muy rara. ¿Qué le pasa?”
“¿Te
sientes bien, Sakakibara?”
Teshigawara
encorvó su cabeza con una expresión que parecía completamente sería.
“Componte,
hombre.”
Me
golpeó fuertemente en la espalda y entonces rápidamente dejó el lugar.
Dejé el
salón y, mientras iba hacia el Edificio A y frente a la puerta, me topé con la
señorita. Mikami, la profesora asistente, en el pasillo.
“¿Cómo
te fue hoy, Sakakibara? ¿Qué piensas de tu nueva escuela?”
Su
pregunta vino con una sonrisa natural. Absolutamente perturbado, contesté, “Uh,
creo que puedo manejarlo.”
Ms.
Mikami asintió mecánicamente. “¿Tienes una sombrilla? Está lloviendo.”
“Um, la
abuela―quiero decir, mi abuela[15]
dijo que ella está viniendo a recogerme con el carro. Ella llamó a mi celular
hace un minuto.”
“Estarás
bien entonces. Cuídate.”
Fue sólo
quince minutos después que el Cedric negro de mi abuela volteara del carril
hacia la entrada, atravesando la lluvia, la ferocidad del cual había descendido
de alguna manera.
Había un
par de estudiantes cerca a la entrada quienes aún no habían sido capaces de
marcharse debido de la repentina lluvia. Rápidamente subí al asiento de
pasajeros del carro, como si escapara de sus miradas.
“Perdón
por hacerte esperar, Koichi,” saludó mi abuela, ajustando sus manos al volante.
“No te sientes algo peor, ¿cierto?”
“Oh, no,
estoy bien.”
“¿Crees
que puedas llevarte bien con tus compañeros?”
“Supongo…”
Salimos
fuera del edificio escolar y lentamente nos dirigimos lentamente sobre la calzada
liza hacia la puerta frontal. Y en nuestra salida―
Estaba arrimándome
contra la puerta, mirando el exterior, cuando mis ojos cayeron en ella. La lluvia había amainado bastante,
pero era todavía más que una simple llovizna, y ella estaba caminando sin un
paraguas, sola.
Mei
Misaki.
“¿Qué
pasa?” preguntó mi abuela, justo antes de dirigir el auto hacia la carretera
del exterior. Algo en mi reacción le debió avisar. Incluso no había hecho un
ruido o había abierto la ventana o nada.
“…Nada.
No te preocupes,” contesté, entonces retorcí mi cuerpo para mirar atrás. Y
todavía…
Mei ya
se había ido. Como si se hubiera derretido en la caída de la lluvia. Así es
cómo me pareció ese día.
[1]
También llamado Myna. Un ave que es capaz de imitar los cantos de las demás
aves incluso la voz humana.
[2]
Supongo que es una frase con algún sentido aparte.
[3]
Algún tipo de pescado.
[4]
Escuela secundaria en español.
[5]
Esos uniformes de cuello alto que fue dibujado en el manga XD.
[6]
Más adelante se entenderá a que se refiere.
[7] ¿Aula
de economía doméstica? I dunno.
[8]
Algún grupo, lo sientó, google es tu mejor amigo.
[9]
FYI, en inglés, “para tu información.” Ésta si me la sé.
[10]
El pelo como los pompones. Jajaja.
[11]
Creo que en Japón tienen una forma de decirlo, en Perú lo llamamos educación
física, los gringos lo llaman Gym Class, creo.
[12] Sonido de retumbar.
[13] Bulling.
[14]
Phone Buddies, ¿qué sustantivo podría decirse de dos personas que comparten amistad
por tener teléfonos?
[15]
Aquí la palabra abuela tiene más peso formal, pero que se pierde con la
traducción.
Increíble, ¿cuando subirás una entrega más de esto carnal?
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